Reflujo gástrico: Cómo manejar los síntomas

Reflujo gástrico: Cómo manejar los síntomas

El reflujo gástrico, también conocido como acidez estomacal, es una condición que afecta a muchas personas y puede causar incomodidad considerable. Esta afección ocurre cuando el ácido del estómago regresa al esófago, generando una sensación de ardor en el pecho o la garganta. Aunque el reflujo es común, los síntomas pueden variar en intensidad, desde un malestar ocasional hasta problemas más severos que interfieren con la calidad de vida.

¿Por qué ocurre el reflujo gástrico?

El reflujo puede desencadenarse por diferentes factores, y en algunos casos, los hábitos diarios tienen un papel importante en su aparición. Comer en exceso, acostarse justo después de una comida o consumir alimentos y bebidas que relajan el esfínter esofágico inferior, como el café, las comidas grasas o el alcohol, son algunos de los principales responsables. A veces, el estrés y la obesidad también contribuyen, aumentando la presión en el estómago y favoreciendo el retorno del ácido.

El reflujo también puede ser un síntoma de una condición conocida como enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), la cual requiere mayor atención médica. Sin embargo, muchas veces pequeños cambios en el estilo de vida pueden marcar la diferencia en cómo se manejan los síntomas.

Cómo aliviar los síntomas

Reducir la frecuencia e intensidad del reflujo puede comenzar con modificaciones en la rutina diaria. Evitar comidas abundantes y distribuir los alimentos en porciones más pequeñas a lo largo del día es una buena estrategia para prevenir la acidez. Además, es recomendable no acostarse inmediatamente después de comer; dar un paseo ligero o esperar al menos dos horas antes de recostarse puede ser beneficioso.

El cuidado en la selección de los alimentos también juega un rol importante. Reducir la ingesta de alimentos que tienden a irritar el estómago, como los picantes, los cítricos y los productos grasos, ayuda a disminuir la acidez. Si el café o el alcohol están presentes en tu dieta diaria, reducir su consumo podría marcar una gran diferencia.

Ajustar algunos hábitos también es útil: dormir con la cabeza ligeramente elevada ayuda a evitar que el ácido fluya hacia el esófago mientras se duerme. De igual manera, mantener un peso saludable y practicar ejercicio moderado contribuye a aliviar la presión en el estómago, lo que disminuye los episodios de reflujo.

Cuándo buscar ayuda médica

Si bien muchas personas pueden controlar el reflujo haciendo cambios en su estilo de vida, es importante estar atento a los síntomas más graves. Si el ardor estomacal es persistente, si experimentas dificultades para tragar o si notas la presencia de sangre en el vómito o en las heces, es esencial buscar la orientación de un profesional médico. Estos pueden ser signos de una afección más grave, como la ERGE, que requiere tratamiento especializado.

El reflujo gástrico no tiene por qué convertirse en una molestia crónica. Con ajustes simples en la alimentación y el estilo de vida, es posible manejar los síntomas y recuperar una mejor calidad de vida.

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